sábado, 12 de junio de 2010


La lectura desde la mirada de Foucault


Michel Foucault (1982) con su obra la Hermenéutica del Sujeto presenta un estudio entorno al cuidado de sí. Postula, que es preciso que el sujeto se modifique, se transforme, se desplace, se convierta, en cierta medida y hasta cierto punto, en distinto de sí mismo para tener derecho al acceso a la verdad.
Esto quiere decir que, el alumno necesita buscar la verdad dentro de sí antes de buscarla a su alrededor y si relacionamos esto con la adquisición de competencias de lectura y escritura, encontramos que es el alumno quien debe formar su propio proceso, el cual se verá enriquecido con la práctica que ejercerá de acuerdo a sus intereses y la motivación que reciba tanto del hogar como del maestro.
A través de la experiencia, curiosidad e interés mostrará deseo de conocer el significado de muchas cosas entre ellas la escritura, intentara descifrar por sí mismo el significado de letras y símbolos, al mismo tiempo o posteriormente despertará su interés por expresar con su voz lo que realiza.
Por otro lado, si intentamos corregir las fallas que presenten los alumnos en los procesos antes mencionados es necesario que él se haga una revisión acerca de en qué está fallando y como sujeto activo busque la verdad y subsane sus errores. Esto pudiera lograrse preguntándose a sí mismo, reflexionando sobre su concepto creado a partir de lo que ha leído que luego se verá plasmado en su discurso de ideas propias.
Es evidente entonces, que esa conversión de sí planteada por Foucault, implica una vuelta del lector sobre sí mismo, que exige que el alumno se encare con la realidad y avance hacia lo que quiere lograr, todo esto con su propia interpretación y comprensión, pues el asunto de la lectura no se limita, tal como suele creerse al hecho de entender lo leído, se necesita que el alumno asimile el contenido de lo que lee como si estuviera dentro del texto haciendo uso de recursos como la imaginación pero, también debe meditar reflexionando, escribiendo sobre lo que ya leyó y aportando nuevas ideas, conjeturas o postulados.
En relación a esto último, me parece que más que “leer por leer” debemos asimilar la información, para ello se requiere aplicar estrategias de comprensión lectora que nos permitirán interpretar el texto, una buena manera es escribir nuestra interpretación de lo leído, de esta forma no solo verificamos nuestra capacidad de comprensión y análisis, también atendemos la ortografía y redacción. Un buen ejercicio sería leer, releer, interpretar y luego escribir de esta forma convertiríamos estos procesos en hábitos.
En cuanto al rol que ejerce el docente es el de mediador de ese aprendizaje, mediador del proceso en el que el alumno aprende a conocerse a sí mismo y buscar su propia verdad. Debe ser alguien que sirva de modelo cuidando de sí también para ser un ejemplo ante su discípulo. El maestro debe ser una persona que cultive sus conocimientos día a día y que estimule a sus alumnos para que lean, comprendan y aprendan.
Si nos remontamos a los tiempos de la antigua Grecia, ese cuidado de sí estaba ligado al poder y a la transformación desde tu interior para poder gobernar. Es decir, quien gobernaba la ciudad debía primeramente saber gobernarse a sí mismo, cuidando de su alma y no solo de su cuerpo lo cual lograba si contaba con un maestro capaz de inspirar un cambio de actitud, en búsqueda de la excelencia del hombre.
De acuerdo a las consideraciones anteriores, pienso que esa conversión de sí implica una transformación de la persona pues, es necesario su interés por aventurarse en la lectura como medio que le permitirá compartir sus pensamientos con otros, si presenta alguna deficiencia tanto en este aspecto como en la escritura, es preciso que busque por sí mismo la subsanación de estas debilidades, atendiendo a las sugerencias de otros con mayor conocimiento. Solo así logrará esa transformación que involucrará el conocimiento de sí y saber cuánto es capaz de lograr.
La Hermenéutica implica que el sujeto comprenda, intérprete y explique, por ello el alumno se verá en la necesidad de hacer uso de los procesos de lectura y escritura para poder alcanzar una comunicación eficaz con otros. Si una persona ha sido formada bajo la hermenéutica, no tardará en caer en el proceso de interpretación, cuestionamiento de lo quiere y debe, así como la construcción propia del significado de las informaciones que lee o escucha. No se quedará con la verdad que otro le imponga, pues la buscará por sus propios medios.
Todo esto me obliga a cuestionar mi práctica educativa y la de muchos, ya que a veces imponemos los contenidos y aspiramos que el alumno interprete las cosas desde nuestro punto de vista, en ocasiones no damos la oportunidad de que se expresen de acuerdo a lo que entendieron, pues no aceptamos su forma de ver las cosas, cuando la realidad es que somos mediadores de su proceso de aprendizaje, damos las herramientas para que ellos construyan o destruyan.
Escrito por: Yskel Castro

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